Esta música es un viaje al interior de esos sentimientos desde el punto de vista de una persona que vivió y murió siendo un niño, con los matices de sus primeras experiencias, como su primer amor o sus primeros traumas, enmarcadas en la inocencia, plasmadas desde el mismo tema principal (Ángel). También representa el mundo como lo vivimos hoy en día, visto desde los ojos de muchas almas oprimidas; algunas de ellas llevando su carga a cuestas y en silencio con la esperanza de un cambio en algún momento de sus vida, y otras tantas que, en medio de ese transitar silente, terminan dando el mayor grito de toda su existencia cuando deciden apagar la luz de su propia llama. Es entonces cuando nos enfrentamos al suicidio, un temible flagelo de nuestros días, mismo que puede prevenirse y del cual en buena parte, todos somos responsables de ayudar a prevenir.

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Hoy quiero decirle a todos estos seres que su vuelo no ha sido en vano y agradecerles por mostrarnos los riesgos que pueden desviarnos del camino de la vida. Valorarles con lo justo por ser mártires de nuestra sociedad y nuestro tiempo, por invitarnos a volcar una mirada a las minorías, a los excluidos, a los que sufren en silencio. 

 

A todos estos ángeles, les dedico esta música.